AUTOBIOGRAFÍA: HISTORIA COMO LECTORA Y ESCRITORA.
MI HISTORIA COMO LECTORA Y ESCRITORA
Mi historia como escritora inició
escribiendo en un diario con cerradura porque la idea de tener una llave para
abrir un objeto simplemente me fascinó y es por eso que no dudé en usar el
cuadernito. Al principio eran cartas de disculpas que escribía a mi mamá cuando
hacía una travesura, luego a los 10 años escribí las situaciones que me ocurrían
en el día a día y empezaban con la típica frase “querido diario, hoy…” y tiempo
después dejé de usar este para escribir historias ficticias en el celular de lo
que se me ocurriera en el momento, lo que me lleva a mi comienzo como lectora.
Si le contara a mi yo de niña que
actualmente le encanta leer, definitivamente no me creería e incluso se reiría
un poco, porque aquella pequeña consideraba que leer era aburrido. De lo que no
estaba enterada es que el mundo de la lectura es tan infinito que,
eventualmente, encontraría un libro que le llamase tanto la atención que no
imaginaría un mundo sin la lectura.
En las escuelas los libros eran
con el fin de aprender y comprender diferentes temas que el maestro impusiera o
leer algún un cuento clásico en la materia de literatura. Pero en esos momentos
a la gran mayoría de los estudiantes no nos interesaba ese autor conocido. Sin embargo,
cumpliendo con mi obligación de estudiante leía con rapidez para que se acabara
y poder realizar la actividad propuesta por el docente.
No odiaba leer, pero tampoco
disfrutaba la lectura. Así fue hasta los 13 años, cuando finalmente encontré
ese libro que me enganchó de inmediato. Aunque primero leí libros de romance adolescente
con un artista del momento como Harry Styles, luego me llamaron la atención los
libros de misterio y fantasía. Sin duda, el mundo mágico de Harry Potter forma
parte de mis lecturas favoritas. Me aferré tanto que leía tres libros por
semana ya sea en formato pdf o físico. Ahí la frase “si no te gusta leer, no
has encontrado el libro correcto” de J.K Rowling cobró sentido para mí.
Por unos instantes pensé que había desperdiciado varios años por no haber leído desde antes cuando mi hermana me insistía en hacerlo. Luego entendí que, si en su momento no lo hice, es porque cada uno tiene sus tiempos para encontrar ese puente para nuevos caminos. En este caso, con dirección hacia el maravilloso mundo de los libros.
3 MOMENTOS SIGNIFICATIVOS EN
MI VIDA.
Cuando era niña, anhelaba crecer,
pensando que de adulta tendría todas las respuestas y la libertad de hacer lo
que quisiera, en contraste a la rutina escolar. Sin embargo, con el tiempo
comprendí que esas ideas eran erróneas. La vida adulta es más complicada y
durante el pasar de los años existen varios cambios tanto positivos como
negativos en el entorno.
El primer momento fue el fallecimiento
de la directora de la institución educativa cuando estaba a punto de graduarme
en la escuela, fue un abrupto golpe de realidad en el que me di cuenta que, así
como ya me faltaba poco para terminar una etapa escolar, había otros que su
reloj de vida estaba por finalizar.
No obstante, no desearía regresar
a mi infancia, eso ya forma parte de mi pasado. Pero si pudiera comunicarme con
mi versión pequeña, le diría que disfrutara cada momento y, sobre todo esa etapa,
con las personas que se encuentran a su lado. Como no tengo una máquina del
tiempo, me recuerdo a mí misma en el presente la importancia de observar
alrededor y absorber cada experiencia, para no lamentar en el futuro por no
haber estado allí por completo.
El segundo momento fue en el 2016 porque en mi país hubo un terremoto que marcó un antes y un después. Aunque la solidaridad estaba presente en la mayoría de los ciudadanos, fue cuando este terrible suceso natural ocurrió que todos demostraron su lado más humano.
Desafortunadamente fueron múltiples
las pérdidas humanas, animales y materiales, pero aún así en cada rincón
devastado por el sismo la gente se levantaba temprano para ayudar a llevar
víveres y medicamentos a los afectados e incluso algunos vecinos hasta se convirtieron
en héroes improvisados al rescatar vidas que se encontraban debajo de los escombros.
Recuerdo que mi programa nocturno
favorito transmitía en vivo cómo sus integrantes se desplazaban a diferentes
zonas para motivar a los demás a unirse en la colaboración. Durante semanas
vivimos un torbellino de emociones: angustia por los desaparecidos, alegría por
los salvados y esperanza al ver a la gente unida para reconstruir un país, a pesar
de las circunstancias.
Un mensaje importante que recibí
de esto es que siempre tenemos que ser resilientes porque la vida es impredecible
y debemos ser capaces de adaptarnos, levantarnos y seguir adelante para superar
cualquier desafío que se nos imponga.
Un tercer momento es la pandemia del 2020, mi vida académica y la de muchos dio un giro inesperado. De repente, el aula de clase era mi casa y los maestros a través de una pantalla me enseñaban nuevos temas, los trabajos grupales eran reuniones virtuales y mi graduación no fue una ceremonia tradicional.
Fue una experiencia surrealista
porque no sólo presencié cómo adoptamos esta nueva forma de aprendizaje, sino
también las dificultades de muchos para acceder a la educación, especialmente
aquellos que ya lidiaban con obstáculos previos. Esta situación llevó a que
gran parte de los estudiantes se vieran obligados a abandonar los estudios
debido al cierre de las instituciones educativas.
Sin embargo, en medio de este
caos, pude observar gestos conmovedores en las redes sociales. Maestros
valientes iban de puerta a puerta, tomando todas las medidas de seguridad necesarias,
para enseñar a sus estudiantes y asegurarse de que tuvieran acceso a la
educación, incluso en los tiempos más difíciles.
Esto me recuerda lo afortunada
que soy por tener el acceso a la educación porque en las circunstancias de la
pandemia pude contar con los medios para adaptarme a esa modalidad de
aprendizaje. Además, me enseñó que desde la empatía siempre se lograrán grandes
cambios, como lo demostraron los profesores que, con su ejemplo, inspiraron un
llamado a la solidaridad.
Lindo desarrollo, quizás sacaría las divisiones entre segmentos
ResponderBorrar